domingo, 23 de octubre de 2011

Capitulo 27 And WE love her

Sentada en un sofá, los miraba. Cuatro pares de ojos posados sobre ella y solo un par tratando de mirarlos a todos.

-¿Querés? –George le ofreció cigarrillos

Iba a contestar, pero Paul se adelantó

-Mejor dale de éstos –le dijo a George

-Bueno...¿querés de éstos?

Los miró, no eran iguales, no eran cigarrillos comunes, eran...

-¿Porros? –preguntó con cara rara

-Si...te relajan, hace que estés mas suelta –explicó Paul

-No, gracias, nunca probé

-Hoy puede ser –dijo George con una media sonrisa

-Apestan

-Eso si, no lo voy a negar, pero que te relajan, te relajan. Yo me voy a fumar uno –Paul prendió uno, le dio una larga calada mientras entrecerraba los ojos. Eva pensaba lo lindos que eran sus ojos, vistos así, detrás del humo, pero tosió

-Uy, perdón, cierto que no te gusta el olor

-¿Y bien? –John se veía impaciente- ¿vamos a estar así, mirándonos las caras?

-¿Quién empieza? –preguntó Ringo, que hasta ese momento se había dedicado a observar el fondo de su vaso de wiskey, sin tomarlo.

-Umm...vos –dijo Ringo mirando a George

-No, empezá vos, o Paul

-¿Yo? ¿por qué no John?

-Ey, ey, ey, a mi no me hablen

-Ay, ¡parecen chicos! –dijo Eva riendo

-Parecemos, pero somos chicas –el porro le estaba haciendo efecto a Paul

-Bien, empezaré yo –inmediatamente se arrepintió de decir eso...¿por dónde empezaría? Optó por comenzar todo como en un cuento...

-Soy de Manchester, tengo casi 19 años, me crié sola con mi madre y vine a Londres a buscar trabajo haciendo lo que mas me gusta, tomar fotografías...

-Eso ya lo sabemos

-John, no me interrumpas

-Ay, está bien

-Bien, decía que vine a Londres para eso, y también para conocer a todas las personas que admiraba, ya que todos viven aquí...entre ellos están ustedes, que los conozco desde que los pasaron por primera vez en una radio de mi ciudad, y de inmediato me hice fan, una encarnizada fan, y aún mas cuando llegó a mis manos una revista donde estaban ustedes...me gustaron los cuatro de inmediato, no solo por lo físico, sino por sus voces, la forma de tocar...ni hablar cuando los vi por primera vez en televisión, cuando fui a la casa de una vecina solo para verlos, aunque le puse le excusa de ir a buscar azúcar -vio que la escuchaban con mucha atención, tomó aire y continuó, no debía parar, ahora que estaba permitiendo que todo aquello saliera- nunca me hice mucho problema por saber cuál era mi beatle preferido, mas bien me parecía cosa de colegialas, que eligen uno sólo para pelear con sus compañeras acerca de cuál es el mejor...cuando Joseph, mi jefe, me dijo que le haría una nota a Ringo, bueno, de mas está decir que me la pasé saltando, y cuando lo vi quedé obnubilada, pero pensé que sería por culpa de mi fanatismo...y después cuando los conocí a todos me di cuenta que no, que me estaban gustando los cuatro por igual, pero tampoco me hice problema, hasta que empezaron con sus persecuciones y terminé entendiendo que los cuatro....

-Estábamos interesados en vos –otra vez John interrumpiendo

-Si...bueno, vos no

-Jaja, yo pensaba que eras una bruja. Y no me apures porque creo que aún lo sigo pensando...

-Entonces todo se convirtió en un infierno para mi, no sabía si estaban jugando o de verdad les pasaba algo, no podía, ni puedo, sacármelos de la cabeza, pensaba que todo se relajaría un poco cuando le conté a Ringo, pero saber que el resto también se enteraría de lo que me pasaba me hizo sentir peor, con vergüenza o no sé que...por eso traté de alejarme, pero ya ven, me es imposible, ustedes me persiguen, no queriendo, sino que sin querer, porque están en todas las radios, en todos los canales, en todas las revistas, la gente habla de ustedes en la calle, en el autobús, en los taxis, en el trabajo...bueno, no hace falta que les diga que son como una plaga...y después van y me secuestran, o sea, es totalmente imposible lograr sacármelos de la cabeza, y no solo de la cabeza, sino del corazón, porque estoy enamorada como loca, y si quieren ríanse, ya no me importa, ya sé que terminaré en un psiquiátrico....-no sabía si era el aspirar el humo del porro de Paul, pero estaba irracional, había dicho todo eso sin pensar antes de hablar, mejor dicho, habia hablado desde el alma. Sólo cuando dijo la última palabra y se frenó a tomar aire se dio cuenta que habia “largado todo” y sintió ganas de que la tragara la tierra. Recorrió sus rostros con su mirada, temerosa, pero no vio ni burla ni enojo...mas bien vio comprensión.

-Nos pasa algo parecido –Paul arrojó el porro al suelo y lo pisó para apagarlo. Era el único que habia hecho un gesto, ya que el resto simplemente la miraba, casi sin pestañear. Pero Paul volvió a la misma actitud de antes.

En esos momentos rogaba que pasara algo, lo que fuera, para que dejaran de mirarla así, ya no podía vislumbrar qué era lo que pasaba por esas mentes.

-Bien...-John sólo dijo eso, miró a sus amigos y tomó aire, para luego continuar- Paul dijo algo cierto, nos pasa algo parecido...pero totalmente distinto, aunque suene paradójico. No sé que tenés, por eso digo que pensaba que sos bruja. Pero, ya sabes, tenemos un sinfín de mujeres, es mas, si abrimos la puerta de esta misma casa enseguida aparecerán así, como por arte de magia...pero es obvio que eso se acaba cuando sentís algo muy especial por alguna...

-El tema es que los cuatro sentimos lo “especial” por la misma...-interrumpió Ringo

-O sea....ustedes...-Eva no sabía si había comprendido bien

-Si, si, eso que estás pensando –dijo George, que al parecer le leyó la mente- los cuatro...

-¡Estamos enamorados de vos! –dijeron al unísono y estallaron en carcajadas

Sólo pestañeó dos veces. Era un sueño, una broma o alguien la había drogado demasiado, o quizás habia tenido un accidente y en estos momentos estaba en coma en algún hospital, soñando esto... pero si era cierto, era algo muy grave, y no motivo de risa como a ellos les parecía

-¿No es gracioso? –George la tomó de la mano

-No le veo la gracia

-¿Cómo que no? ¿Sabes qué?...esto es un chiste del destino, un chiste muy bueno, y como tal, ¡hay que reírse!

-Pero...para mí es algo horrible...¿o todo esto es una broma para pasar bien el rato?

-No, no, querida Eva –dijo Paul- es la cruda realidad, ¡pero es gracioso!

-No entiendo, la verdad que no los entiendo

-Eso es porque no nos conoces bien –John había dejado sus carcajadas por una risa mas discreta- por eso nos conocerás...o sea...

-A ver chicos –Ringo se paró en medio de ellos y se puso solemne- esto tenemos que decirlo muy seriamente...1,2,3...

-¿Querés ser NUESTRA novia? –preguntaron todos

Si, evidentemente se había fumado algo mas que un porro. De otro modo no se explicaba la risa y la semejante propuesta. O quizás era un cuarteto de locos escapados de un manicomio que se habían hecho famosos, o la fama les había dado vuelta la cabeza...sus pensamientos, al parecer se reflejaron en su cara

-Pensás que estamos locos ¿no? –dijo George

-La verdad que si.

-A ver...esto es lo mas puro que podemos decirte, ni siquiera nos detuvimos a pensar qué te íbamos a decir, solo que te escucharíamos y veríamos qué hacíamos, como solucionábamos todo....pero ya ves, todo terminó en esto, salió así, espontáneo.

-Si –asintió John- estamos locos. Estamos locos por vos. Hacete cargo

-¿Yo?

-Si, vos.

-¡Te amamos! –otra vez estallaron en risas

-Nunca pensé que pasaríamos del singular al plural con tanta naturalidad –razonó Paul

-Ja, te quedó una rima, te puede servir para una próxima canción –rió Ringo

-De verdad Eva, esto es así de raro, es la vida misma, a veces es aburrida pero a veces se pone muy loca, un ejemplo es esto –dijo John- los cuatro estamos enamorados de vos, te amamos y te pedimos que seas nuestra novia. No es muy complicado después de todo

-No, claro que no. Lamento decirles que esto no es la vida, esto es el resultado de vaya a saber cuántas drogas se metieron en el cuerpo. Así que adiós, me voy de acá –tomó su bolso, su guitarra y enfiló hacia la puerta

-¡No!

-¡Por favor no te vayas!

-¡Eva, no es broma!

-¡Volvé!

Fingió no escuchar ninguno de esos ruegos, y ya estaba por abrir la puerta cuando sintió que no podía, lo que intentaba era imposible. Se dio vuelta y corrió hacia ellos.

-¡Los odio! ¡Pero los amo al mismo tiempo!

Los cinco se abrazaron, como si fueran un montón de chiquillos, y sin saber porqué comenzaron a llorar. Quizás lloraban la desgracia que les habia caído o la alegría de saberse unidos.

-Y bien...¿qué hacemos? –preguntó secándose las lágrimas, que ya le habían corrido el rímmel

-Bueno, ¿aceptas o no? –preguntó John

-Que mas da, acepto. Si no lo hago moriré

-No, solo recibirás fastidios de nuestra parte –rió George

-Si, continuaríamos insistiendo hasta que aceptaras

-Esto no está bien, no está bien

-¿Y qué importa si no lo está? –dijo Ringo

-¿Y quien dijo qué está mal? ¿La Iglesia? ¿nuestra educación?¿el pensamiento occidental? ¿la moral? ¡Caguémonos en todo eso! –gritó John

-Nos condenaremos al infierno, pero no nos importa –resolvió Paul

-O quizás, en la otra vida, solo seamos lechugas –dijo George- o microbios...

-Uy, ya saliste con la reencarnación –Ringo negó con su cabeza

Ella rió, eran adorables, si, ¿cómo no amarlos?

-Qué bien, te reíste –dijo Paul

-Bueno..entonces...lo que ustedes me están diciendo es...

-Si, que vivamos como en el Tíbet –dijo George, los demás lo miraron raro

-No es en el Tíbet –corrigió John- es en Arabia

-No, tonto, en Arabia un hombre tiene muchas mujeres. En el Tíbet, una mujer tiene muchos hombres.

-O sea, lo que ustedes me proponen es...¿Poliandria?

-Me suena a liendre jaja –rió Paul

-Qué tonto –dijo George- si, básicamente es eso

-Veo que Hari ya se tenía todo estudiado...¡podrías habernoslo dicho! –acusó Ringo

-Solo lo leí alguna vez...

-Ay...esto es muy raro...me duele la cabeza...-se dejó caer en el mismo sofá donde antes estaba- un momento...esto no es poliandria...¡esto es ser una groupie de cuarta! ¡una puta!

-¡No, Eva no! –negó Paul- una groupie va a fiestas y se acuesta, con uno o con todos, pero no ama a ninguno o si ama no lo dice y si lo dice nadie le da importancia..solo es un pasatiempo, un cuerpo...vos sos distinta para nosotros.

-Creo que hay que establecer reglas....-dijo Ringo- primero, Eva nunca se sentirá una groupie y... no sé, también habría que fijar qué días salís con uno o con otro...

-Idiota, ni que fuera hija de padres separados...-rió John- no habrá régimen de visitas, cuando quieras estar con alguno, venís, llamás, o si alguno quiere salir con vos te pasa a buscar...lo mismo con las llamadas, cualquiera te llama, dentro de un horario razonable, hacen lo que quieran...eso si, prometemos nada de celos.

-Ah, eso es muy importante –afirmó George- no pienses que nos pelearemos, no, eso no, sabemos los limites de cada uno. Haremos todo con el corazón.

Sólo sonrió. No, no era un sueño, y si lo era, era el mejor del mundo. No sabía si lo que le planteaban era una solución, o estaban complicando todo aún mas. Por lo pronto sabía y había reconocido que los amaba con toda su alma, y ellos también le habían dicho lo que sentían. Tenia razón John ¿que mas daba todo lo que dijeran si así podían ser felices? Se puso de pie, se acercó a ellos y cerró los ojos.

-No Eva –se dijo a sí misma- no elegirás, es mejor que no veas por quién empezarás...aunque dijeron que no habría celos...

Abrió los ojos y les sonrió nuevamente. Sentía una extraña sensación. ¿Las famosas mariposas en el estómago, multiplicadas por cuatro? No, era felicidad. En esos momentos era plenamente feliz.

Se acercó a Paul, tomó su rostro y cerrando los ojos lo besó. Se separó de él, la miraba dulcemente. Se alejó de él, para acercarse a Ringo. Tomó su cara entre sus manos y ambos sonrieron. Se besaron, y se separó, ahora le tocaría a John, que no esperó a que ella se acercara, sino que la tomó por la cintura y la besó, se di cuenta que Lennon era así, impetuoso y ansioso. Por último, George, con una sonrisa la esperaba, y tomó su rostro para besarla. Se separó, se alejó un poco para mirarlos a los cuarto. Así, seguramente, sería en los días venideros. Sonrió, mas para sí misma que otra cosa, quizás era como John decía, era una bruja, pero ella no se habia dado cuenta. Pero eso ya no importaba. Lo que importaba era que ahora reinaría el amor, de una forma bastante poco convencional. Pero amor al fin.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Capitulo 26 Tú, no podrás faltarme cuando falte todo a mi alrededor

Paul se tapaba la boca porque tenía arcadas. Había sido mala idea acompañar a George al baño del avión. Lo que menos se imaginaba era que el guitarrista estaba descompuesto, pensaba que le convidaría algo para fumar. Ahora le daba lástima irse dejandolo solo, pero se estaba sintiendo mal él también, siempre le dio un tremendo asco ver a alguien vomitando.

-George la culpa es tuya -dijo cuando su amigo paró de tirar la mitad de su estómago al exterior- ¿a quién se le ocurre tomar wiskey con vodka después de una platada de papas fritas, cuarenta y cinco minutos antes de subir a un avión?

-Pensé que no me haría nada –respondió apenas

Golpearon la puerta y Paul se asomó, vio que era John

-¿Qué hacen ustedes dos ahi? –preguntó mirandolo pícaramente. Sin embargo, Paul no hizo caso al gesto de John.

-George está vomitando –informó con cara de asco

John se abrió paso y entró al pequeño baño.

-Uy George, se te ve mal...estás medio verde...-no terminó de hablar porque George se inclinó de vuelta sobre el inodoro- uy...si seguís así vas a quedar mas flaco de lo que estás.

-¡George correte! –Paul sacó a George de su lugar, para inclinarse él también hacia el inodoro. Listo, ya se había descompuesto él también.

-Bueno, cuando terminen, me avisan –John salió de allí, haciendo arcadas también.



Eva luchaba con su pelo, frente al espejo de su habitación. Quería hacerse rulos para la actuación de esa noche. Se miraba y sonreía, la actuación del día anterior había salido genial. Hasta le dijeron que pronto ese bar le quedaría pequeño, era para otros lugares. Pero su intención no era ser famosa ni cantar en grandes teatros, esto era su pasatiempo, su terapia, algo que la hacía sentir bien, no solo cuando actuaba, sino de mucho antes, el hecho de estar ahí, por la tarde, arreglándose, o ensayando, ya la “metía en otra atmósfera”. Eso pensaba cuando, en la radio que tenía encendida, anunciaron:

-¡Chicas y muchachos! ¡Esta noche vuelven The Beatles a Londres!

Sólo suspiró. Se le había arruinado todo. Otra vez volverían las llamadas misteriosas. O quizás no. Mejor sería olvidar el asunto, y seguir con los rulos.



-Cuando lleguemos, tendrán la conferencia de prensa, luego la cena y luego...

-¿Nos vamos a dormir? –preguntó Ringo, interrumpiendo a Brian

-No.

-Brian, no tuvimos ni un día, ¡terminemos con esto de una vez! –dijo John fastidiado

-Eso, ¿por qué todo hoy? Las entrevistas y esas cosas las podemos dar durante la semana, no se van a morir por no saber de nosotros –dijo Paul

-Eso lo decís vos, matan por hacerles sólo una pregunta

-Pero mirá como está George –John miró a su amigo, que evidentemente no se sentía bien

-Ok, solo porque George está así, van a pensar que tiene algo grave y armarán un escándalo

-Brian ¿sólo te preocupa eso? ¿No te preocupa en verdad como se sienta George? –Paul miraba enojado al manager

-Si, también me preocupa como se sienta

-No parece –George intervino, pero salió corriendo hacia el baño

-Oigan parece que no les interesaran las entrevistas, las cenas, las...

-No, no nos interesan. ¡También tenemos vida aparte de eso! –John se quejaba y los otros dos solo asentían

-Si John, tu vida son las mujeres

-Una mujer

-Ahh...estás enamorado...

-Estamos

-¿Qué? ¿Ustedes también?

-Si...-respondieron quedamente

-Ahh...bueno, ya saben las reglas...a ver cuando me las presentan

-Si, claro –dijeron mirandose entre ellos.



-¿Por qué no te ponés esto? –Jenny estaba en la casa de Eva, se había compenetrado mucho con su papel de asesora de moda y sostenía en sus manos un vestido negro con puntillas que había llevado

-Voy a parecer una viuda

-Ufff....¿y este? –ahora mostraba otro vestido color borravino, corto pero de mangas largas

-No, tiene mangas, me molestan para tocar

-¡Ay, no te viene nada bien! ¿Y este azul?

-A ver....no está mal, tiene mangas cortas, es corto, con volados...si, este está bien

-¡Al fin! Bueno, te ayudo a ponertelo...¡uy! ¡Escuchá! –se acercó a la radio para ponerla mas fuerte

“En este momento llegan The Beatles al aeropuerto!” –dijeron

-Vos sos idiota ¿no? –Eva la miró con bronca

-Bueno, que vos tengas una “historia” –movió los dedos para marcar las comillas- con ellos, no significa que yo deje de ser fan...¡volvieron!

-Si, no hay dudas, sos una idiota. Y no sé porqué eso de “historia”-imitó el gesto de Jenny

-Bueno, es que no se sabe qué carajo es...

-Mejor callate. ¿Vas a acompañarme hoy?

-Con todo lo que me dijiste ahora, no.

-Bueno, vos te lo perdés.



Estaban en la conferencia de prensa, no veían la hora de salir de allí. Al final, John terminó inventando que debían irse rápido porque tenían que ver a la Reina.

-¡Lennon te voy a matar! –le gritó Brian- ¿por qué dijiste eso?

-Fue lo primero que se me ocurrió, ¿no viste como estaba George? Ya se desmayaba...aparte no aclaré a qué Reina tenemos que ver....-le guiñó el ojo a Ringo, que estaba a su lado

-¡Pero hubieras dicho otra cosa! Ahora van a querer saber que van a hacer con la Reina!

-Deciles que vamos a ir a hacerle el amor

Paul largó una carcajada, las respuestas de su amigo siempre eran geniales.

-Bueno, entonces ¿nos podemos ir? –preguntó Ringo impaciente

-No hasta que aclaren que no van a ver a la Reina ni a nadie

-Pero...

-¡Pero nada! Es hora de que te responsabilices, John!

-Uff...está bien, voy a decirles que fue un error, la visita a la Reina será otro día y...

-¡No! ¡No hables de la Reina!

-Bueno, diré que fue una confusión, que tenemos que ir a otro lado, y que es urgente...

John salió nuevamente a la conferencia, dijo cuatro palabras para explicar el “malentendido” y se fue muy sonriente.

-Gracias John –George estaba esperandolo, no se veía bien

-¿Vamos al médico?

-No, no, quiero ir a casa...



Eva ya estaba en “su” escenario, cantando y sonriendo. No había mucha gente aún, le gustaba que fuera así, porque después hacía demasiado calor, y eso, mezclado con el humo de los cigarros y el olor a alcohol, no le gustaba mucho. Paró un rato para descansar y bajó del escenario. Un hombre la estaba esperando.

-¡Hola Eva!

Revoleó sus ojos. No se esperaba encontrar allí al “estúpido”, a Edward, el gran pesado.

-Hola Edward, ¿que haces acá?

-Vine acompañando a Margaret, quiso verte

Vio que en una de las mesas estaba Margaret y su hijo, y se acercó, dejando a Edward hablando solo.

-¡Eva, que bien cantas! –Margaret se veía contenta. Era raro como esa mujer habia cambiado su actitud hacia ella.

-¡Gracias Margaret!

-La verdad –dijo Bill- lo hace muy bien, los clientes están muy conformes.



Ya en la casa, los chicos fueron a bañarse, menos George, que se recostó. Cuando terminaron de bañarse, se les apareció como un fantasma.

-George ¿estás bien? ¿Por qué te levantaste? –le preguntó, preocupado, Paul

-Creo que se olvidaron de algo...-sacó del bolsillo de su pijama un papelito doblado- Adivinen qué tengo acá...

-Maldito, ¡vos tenías ese papel! –le gritó John, y se abalanzó sobre él para sacarselo

-¡Un momento! Estoy enfermo

-¡No parece!

-Oigan, no se peleen –dijo Ringo- a ver...yo no me olvidé, pero no recordaba el nombre del lugar, así que les iba a decir si mañana ibamos a su casa, o la llamábamos....

-No será necesario –John al fin le arrebató el papel a George- es el Chester Bar

-¿Y bien? ¿Vamos a ir? –preguntó Paul

-¡Qué pregunta! Esperen que me visto –George corrió escaleras arriba

-¡Apurate o te dejamos! –gritó John

-Miren si nos denuncia por acoso –rió Ringo

-No...si es como te dijo a vos, que nos quiere, no lo hará



Eva estaba nuevamente sobre el escenario, ya había mucha mas gente, y le pedían canciones. Todo iba bien hasta que escuchó que alguien gritó:

-¡Yesteday!

Sentir el nombre de esa canción le dio escalofríos. Miró hacia el lugar de donde supuestamente provenía el grito. Se quedó paralizada. Cuatro tipos, cuatro tipos que por mas disfraces que se pusieran, podía reconocerlos siempre.

-Maldición –pensó- ¿cómo saben que estoy acá? –se sentía aterrorizada, pero hizo acopio de todas sus fuerzas, y comenzó a cantar la canción.

-Ya verás, señor McCartney, qué bien canto tu canción –pensó, casi como una venganza Luego, dio por terminada su actuación y bajó rápidamente.

-Eva que bien cantas -lo miró y vio a esos ojos entre marrones y verdes, sin dudas, era Paul

-Paul, dejame por favor

-Pero Eva, vinimos solo para hablar con vos

-No quiero, dejame

-Pero..

-Oiga, deje a la chica tranquila –Bill estaba detrás de Paul, mirandolo fijo

-Ehh...yo...solo quería hablar con ella....

-Pero al parecer ella no con usted, déjela

Eva aprovechó la situación para tomar su guitarra y su abrigo y salir de allí lo mas rápido que pudo, auque sabía que sería inútil, los otros tres la habían visto salir.

-¡Eva! ¡Eva por favor! –reconoció la voz de George, pero siguió caminando rápido, si corría, le daría la impresión a los policías que estaban allí de que la estaban persiguiendo (algo cierto) y los llevarían detenidos.

-¡Eva pará!

Frenó y se dio vuelta. Los tres estaban a escasos metros de ella.

-¡Déjenme en paz! –les gritó, ya con lágrimas en los ojos

John se acercó lentamente.

-Eva, solo queremos hablar con vos, nada mas, después serás libre y...

-No quiero hablar, por favor....ay, esto es horrible...-se largó a llorar como nunca, sentía una mezcla de vergüenza, rabia, tristeza

-Ey, tranquila...-John la tomó por los brazos, se odiaba por haberla hecho llorar

Ella solo asintió con la cabeza y George le di su pañuelo, mientras que Ringo y John la hicieron sentar en el alféizar de una vidriera de un negocio. Paul llegó corriendo.

-Eva, ese hombre casi me mata

Ella sólo rió apenas, y Paul también se sentó en el alféizar. Se quedaron los cinco en silencio, por unos minutos, mirando a la gente que pasaba por la calle.

-Así que cantás....-George rompió el silencio- nosotros pensábamos que eras mesera jaja

-Jaja ¿Cómo supieron dónde estaba? –se había reído, pese a que tenía ganas de matarlos por haberla perseguido así, pero era imposible, eran cuatro contra una, le ganaban

-Bueno...-comenzó Ringo- llamé a tu trabajo y me dijeron, primero que estabas, y después que te habías ido, no sé, me pareció extraño....-la miró, dándole a entender que esa mentira no se la creía nadie.

-Je...si...mentí –dijo mirándolo con una media sonrisa

-Lo supe –continuó Paul- porque fui hasta tu casa y la chica que vive allí me dijo que no estabas

-Si, supe que fuiste...bah, supuse que eras vos

-Y después nos fuimos, resolviendo dejarte en paz –dijo John- pero...al parecer, no podemos pactar la paz con nadie...

-Y llamé a tu casa, y me dijeron que no estabas porque trabajabas acá –terminó George

-Y acá están

-Si...-dijeron al unísono

-¿Y entonces? ¿Cómo sigue esto?

-Sigue con que tenemos que hablar –dijo John

-Pero....seguro que ya saben todo ¿no? –miró a Ringo

-Si, ya lo saben –respondió él

-Entonces no hay nada que decir

-Te equivocás –dijo Paul- hay mucho que decir.

-¿Nos acompañás a casa? –preguntó George

Ella los miró un poco sorprendida, y ellos entendieron que era lo que pasaba

-Tranquila, ninguno te va a violar –John rió mientras la tomaba del brazo

-Bueno...entonces...supongo que no me queda otra que ir...digo yo...¿por qué no se emplean como secuestradores?

-Porque sólo estamos interesados en secuestrar a una personita –Paul le sonrió y ella se estremeció...¿eso quería decir algo? ¿acaso el también...o....? ¿Los cuatro? Le picó la curiosidad, ahora sí tenía ganas de hablar con ellos, para que le dijeran qué les pasaba.

-Eva...-pensó, hablándose a sí misma- ¿conquistaste a los cuatro? No...eso no puede ser...¿o si? Bueno, supongo que falta poco para saberlo....

Subieron a un taxi y viajaron en silencio. Cada uno miraba hacia la calle, y ella se dedicó a mirarlos uno por uno. No tenía dudas, lo que sentía por cada uno era indescriptible, algo de otro mundo, algo que nadie podría sentir nunca, por cuatro personas juntas. Lo que no sabía, era que cada uno de ellos, estaba pensando lo mismo sobre ella. Y faltaba poco para que lo supiera.

viernes, 7 de octubre de 2011

Capitulo 25 Silencio, que no es silencio

-Eva, teléfono para vos –Jenny miró a Eva, con el tubo en la mano.

-Estoy hablando con Margaret, ahora no puedo –dijo sin darle importancia- Y bien ¿Me decía?

-Te doy el número de teléfono y la dirección –contestó Margaret

Jenny se acercó a Eva

-Eva...teléfono

-Te dije que ahora no puedo

-Por la voz, creo que es Ringo –dijo al oído de su amiga

Cambió de color, y se puso visiblemente nerviosa

-Decile que no estoy –contestó al fin

-¿Qué?

-No quiero hablar con ninguno

-Pero le dije que estabas...

-Inventale cualquier cosa, no sé. Por favor Jenny, no quiero hablar

Jenny la miró un poco enojada y fue hasta el teléfono

-Hola...Eva no está

-¿No está? –preguntaron del otro lado

-No...se sintió mal y se retiró a su casa

Ringo agradeció y cortó.

-No quiso atender –informó al resto

-¿Cómo?

-Primero me dijeron que estaba y después que se había ido. Me pareció extraño

-Que raro –dijo George- Bueno, vamos a la casa –propuso entusiasmado

-Ok, voy yo –se ofreció Paul- le digo que necesitamos hablar con ella y que nos diga cuando podemos

Los demás aceptaron y Paul salió hacia la casa de Eva. Anne lo atendió.

-No está acá, está trabajando...¿quién la busca? –preguntó Anne, que no habia reconocido a Paul, ya que estaba disfrazado

-Ehh...un amigo...bueno, vuelvo después. –se alejó de allí. Sin dudas, Eva habia mentido.


-¿Por qué no quisiste hablar? –preguntó Jenny, casi amenazando a Eva

-Me quiero alejar

-Pero a lo mejor te decía que habló con los otros y...

-No quiero saber que piensan los otros. Basta. Se terminó esto.

-Hasta hace un rato dijiste que ibas a esperar a que él te comunicara lo que pasaba y ahora no querés atenderlo.

-Me da pánico pensar que podría verlos, y que saben lo que siento. No quiero verlos ni hablarles, aunque resulte imposible.

Jenny resopló y se fue a su puesto de trabajo


-Mintió –dijo secamente Paul- no está en la casa, está en el trabajo.

-¡Vayamos a buscarla! –dijo Ringo

-Oigan...-comenzó John- si mintió es porque no nos quiere ver. Es como dije, desaparezcamos, le hacemos daño.

Los otros tres se quedaron pensando.

-Si, quizás sea eso...-suspiró George


-Hola, soy Eva, una compañera de trabajo de su mamá, me dijo que...

-¡Si ya me habló de vos! –interrumpió el hombre- ¡gracias por haber aceptado!

Eva había ido a la casa del hijo de Margaret, Bill. Parecía un buen hombre.

-Y bien, como me quedé sin trabajo y me indemnizaron, se me ocurrió poner un bar, pero lo bueno es que haya cantantes en vivo, ya sabes como están todos con la música, todos quieren ser un beatle

-Si, claro...-respondió quedamente

-¿Cuándo quisieras trabajar? No puedo pagar mucho...

-No se preocupe, no lo necesito para vivir, lo hago para distraerme un poco. ¿Viernes y sábado puede ser?

-¡Claro! ¡Muy bien, estás contratada!

-¿Así? ¿Sin prueba

-Si, no sé mucho de música. Tu prueba será el público


El resto de la semana trataron de no hablar del tema, ni ellos, ni Eva. El viernes tenían una actuación, ellos y Eva.

-¡Anne estoy nerviosa!

-Tranquila muchacha, ¡vas a lograrlo! –Anne ayudaba a peinarse a Eva, que temblaba como una hoja frente al espejo de su habitación

-¿Yo no puedo ir a verte? –Eva miró a su costado y vio a Dante paradito a su lado.

-Es un bar, y allí no van hombres tan importantes como vos...morirían de envidia los otros –contestó sonriendo Eva

-¡Cuando cumpla 18 voy a ir a todos los bares de la ciudad! –respondió enojado el chiquito

-Ya ves Anne, tu hijo será un vago

-¡Ayyy no quiero ni pensarlo! ¡Listo, terminé y estás hermosa!

Dos horas después, Eva subía al pequeño escenario del bar recientemente inaugurado, abrazada a su guitarra. Se paró frente al micrófono y desde allí divisó a Jenny y a Anne que la miraban felices. Dante no había podido ir, así que se quedó con una vecina.

-¡Buenas noches a todos! –dijo alegremente- me llamo Eva y estoy muy feliz de estar aquí...es la primera vez que actúo, así que no les aseguro que todo salga bien

El público rió y la hizo sentir mas animada. Comenzó a cantar “Blowin’ in the Wind” de Bob Dylan. Cuando terminó la aplaudieron. Cantó cerca de una hora y se despidió. Bajó muy contenta.

-¡¡¡Estuviste genial!!!-Jenny y Anne la abrazaron

-¡Gracias chicas! Veo que se llevan bien –dijo mirando a las dos, que se habían sentado juntas en la misma mesa. Desde el escenario había visto que charlaban animadas

-Si, Anne parece muy buena, no como yo –rió Jenny

-Jajaja no creas –dijo Anne


-John...¿podés regresar al mundo? –George pasaba su mano delante de los ojos de John

-Perdón...estaba distraído...

-En 5 minutos salimos

-Ok.

-¿Estás preocupado por algo?

-No, no. Solo me preguntaba qué estará haciendo...

-Yo también me pregunto lo mismo...-respondió mirando el suelo

Salieron a escena, obviamente todo fue un éxito. Gritos, llantos, caramelos volando, carteles, flashes...Cuando terminó todo Brian se acercó a ellos.

-Chicos, salió todo perfecto. Recuerden que la semana que viene... ¡empieza la gira!

-¿La qué? –preguntaron al unísono

-¿Qué les pasa? ¡No me digan que lo olvidaron!

-Si...

-No sé que tienen últimamente, ¡parecen tontos!

Los cuatro se miraron preocupados. La gira duraría un mes o quizás mas tiempo.


-¿No te llamaron mas? –preguntó Jenny. Era el lunes, y habían vuelto al trabajo.

-No, por suerte no. Aunque no me los puedo sacar de la cabeza

-Que raro que no hayan insistido.

-A lo mejor se dieron cuenta que es mejor así, que nos olvidemos de todo

-La semana que viene empiezan con una gira ¿te enteraste?

-No, no.

-Y eso que estás en la columna de rock

-¡Eva! –Joseph estaba asomado a la puerta de su oficina- ¿podés venir un segundo?

Eva se acercó y entró a la oficina, Joseph la invitó a sentarse.

-Quisiera que les hagas otra nota a The Beatles, ¿te parece? Ya arreglé con su manager, irás el miércoles a las...

-No puedo Joseph –lo cortó

-¿Cómo?

-No puedo

-¿Tenés algún compromiso? Lo paso para otro dia...

-No es eso. No puedo hacerles notas a ellos

-Pero ¿por qué?

-No puedo decirte.

-¿Tuviste algún problema con ellos cuando los entrevistaste o...?

-No, no. Perdón, sé que estoy desobedeciendo una orden tuya pero...no. Si querés bajame el sueldo –quería terminar con esa conversación lo mas rápido posible, ya que sentía que estaba a punto de llorar, y no sabía porqué

-No, no quedate tranquila...

-Gracias Joseph. Permiso. –se puso de pie y se alejó.


En silencio, armaban el equipaje para la gira. Era extraño, siempre bromeaban mientras acomodaban la ropa y sus objetos personales. Paul cerró su valija con un golpe.

-Escuchen, antes de irnos debemos llamarla –dijo cortando el silencio

-¿Para qué? –preguntó George

-No sé...para avisarle o...sinceramente, no sé.

-John tiene razón –intervino Ringo- lo mejor será que la dejemos tranquila. Será lo mejor para ella y para nosotros. Y lo mejor también será que no hablemos mas de ella.

Todos asintieron con la cabeza, dejar de hablar del tema sería lo mas apropiado.

Al día siguiente, partieron en avión rumbo a la primera escala de la gira.


El viernes, Eva bajaba feliz del escenario. Realmente le estaba yendo bien, se sentía cómoda haciendo lo que hacía, nunca se había imaginado cantando. Por lo menos en ese momento, se olvidaba del mundo, de su vida, y de todo lo que eso conllevaba.

-Eva...-Bill se había acercado a ella, en la escalera del pequeño escenario.

-¿Si?

-Gracias, los clientes están muy contentos. Esto es para vos –le entregó un sobre blanco.

Salió del bar y abordó un taxi. Mientras viajaba, abrió el sobre y vio que allí estaba su paga, no era mucho, pero tampoco esperaba un gran sueldo. Se había propuesto que con el dinero que ganara allí compraría una guitarra para niños y se la regalaría a Dante.


Pasaron quince días. Eva se veía radiante, mostraba una gran alegría. Sin embargo, todo era una máscara. Aquello de lo que había decidido no hablar, estaba a cada instante en su mente. En sus manos tenía un diario, que anunciaba en su tapa el gran éxito de la gira beatle. En su mente se repetía que si o si, tenía que escribir una nota sobre ellos, sino acusarían a la revista de desactualizada. El problema sería qué poner.

-Por mas que no hables y te hagas la alegre, yo sé que estás mal

-Jenny ¿por qué no te empleás en una agencia de videncia?

-Porque no necesito plata. Además la videncia solo me funciona con vos. Tu silencio es demasiado sospechoso.

El sábado, antes de irse al bar, Eva le dio su clase a Dante.

-Bien Dante, colocas tu dedito acá, y así formás el Fa.

-Es muy difícil –se quejó el nene- ¡se me van a abrir todos los dedos!

-Jajaja, si, este es el mas complicado, practicalo cuando no esté. Y hablando de no estar, me voy al bar

-Pero...

-Pero nada. Su clase ha terminado señor. Practique el Fa, así dentro de poco está en el bar conmigo.


Esos días habían sido de locura. Conciertos, entrevistas, sesiones de fotos, fiestas, alcohol, mujeres, drogas...cosas a las que se estaban acostumbrando. Sería por eso que la última semana de gira se les estaba haciendo insoportable. Una noche, que sería de fiesta, George estaba demasiado pensativo, tirado en un sofá. Ringo se acercó a él.

-¿Y? –preguntó el baterista

-¿Y qué? –respondió secamente George

-¿Qué pasa? –dijo sentándose a su lado.

-Estoy harto Rich. Quiero volver. Quiero...

-Verla –le cortó su amigo

-Si...

-Llamala

-¿Qué?

-Que llames a su casa. Ahora.

-Pero...no sé...¿te parece? Es tarde....

-Tiene que estar. Los sábados no sale

-No creo. Quizás esté con algún tipo, no creo que seamos los únicos cuatro en su vida

-¿Qué decís? Dale. Llamá. Yo les digo a los chicos.

Ringo se puso de pie y buscó a sus dos compañeros. Los encontró sentados casi frente a frente, sin decirse una palabra, en la misma actitud de George.

-George va a llamarla –solo les informó

-¿Qué? –dijo John sobresaltándose

-Si. Hay que hablar aunque ella no quiera

-Pero...eso sería estar acosándola

-No –intervino Paul- esto no da para más. Dijimos que no hablaríamos de ella, y sin embargo los miro y con la mirada me doy cuenta que están pensando en ella, y sé que si ustedes me ven a mí también se dan cuenta. El silencio no tapa lo que sentimos.

John sólo suspiró y miró hacia donde estaba George

-¿Y, George?

-Estoy esperando la comunicación con Londres. Tardará unos minutos.

Golpearon la puerta y se escucharon risas femeninas.

-Son las chicas –dijo Ringo

-Yo no quiero fiesta esta noche –anunció Paul. Todos lo miraron, era raro que Paul no quisiera mujeres

-Yo tampoco –dijo George con el auricular del teléfono pegado a su oído

John miró a Ringo

-¿Y vos? –le preguntó

-No pienso ser el único en enfiestarme con cuatro o cinco chicas –dijo tratando de poner humor a la situación, pero evidentemente, nadie quería chistes- Bah, no sé si vos...

-No –lo cortó John- yo tampoco quiero nada.

-Entonces llamo a Mal para que les diga que se vayan.

John miró a Paul y con la mirada le preguntó si tenía lo que en esos momentos necesitaba. Paul no precisó mas para saber qué quería su amigo, y buscó en su bolsillo, sacando un paquete misterioso. Lo abrió y sacó dos porros.

-Ya le dije –Ringo había vuelto

-¿Querés? –dijo Paul señalando el paquete

-No, prefiero un wiskey –se sirvió su bebida y se sentó frente a ellos

-¡Está llamando! –gritó George

Los tres dejaron lo que estaba haciendo, se acercaron, y casi se pegaron a George, tratando de escuchar lo que pasaba detrás del auricular.

-¿Hola? –dijo Anne

-Ho...hola....¿está Eva? –preguntó George nervioso

-¿Quién habla?

-Un amigo

-¿Qué amigo?

George miró a los otros tres, apretando los dientes. John entendió que lo que necesitaba su amigo era un nombre falso

-Gene –le dijo lo mas despacio posible para que no se escuchara por el teléfono

-Gene –dijo al fin George

-Ahhh...Eva ahora no se encuentra, está trabajando

-¿Trabajando? –preguntó incrédulo

-Si, trabajando en el bar ¿O no sabía que está en el Chester Bar? –preguntó ingenua

-¡Ahh si, lo había olvidado! –dijo tratando de parecer creíble, los demás fruncieron el ceño- bueno, muchas gracias, perdón por las molestias. –colgó lo mas rápido que pudo.

-¿Qué pasó? –preguntaron los tres al unísono

-Trabaja en un bar. Anoten, en el Chester Bar

-Jamás lo escuché –dijo Paul

-¿Qué hará allí? –preguntó John

-Seguro que es mesera –supuso George

-¿Y entonces? ¿Cuál es el próximo paso? –preguntó Ringo

-Ni bien volvamos tenemos que llamarla, o ir a la casa, o al trabajo, o a ese bar –dijo Paul- Pero tenemos que hablar con ella.