lunes, 21 de noviembre de 2011

Capitulo 29 Miraba de reojo, celosa, la luna...

Eva cerró la puerta del auto tras de si y respiró profundamente el aire fersco, cerrando los ojos. Había llegado el esperado fin de semana y estaba allí, en la casa de campo con los chicos. Una casa realmente grande y hermosa, blanca, de dos plantas y con parque lleno de flores alrededor.

-¿Entramos? –dijo Paul tomándola de la cintura. Durante el viaje había charlado mas con él, que conducía, mientras John, George y Ringo peleaban en el asiento trasero porque había desaparecido “misteriosamente” un paquete de porros y al parecer, ninguno lo tenía.

-Si, vamos –respondió alegre, entrando con el, y siguiendo a los otros tres que continuaban peleando- ¿es de ustedes esta casa?

-No, Mal la alquiló por nosotros. Te digo la verdad, no sé de quien es –dijo Paul riendo

Una acogedora sala con chimenea y varios sillones esperaba. George se tiró en uno ni bien entró, y le pegó unos gritos a Ringo, que seguía echándole la culpa por los porros perdidos

-Ay, parecen unos nenes –dijo Eva riéndose

-Bueno mamá, no nos retes –respondió George haciéndose el bebé.

-Aww, sos un amor –le dio un beso- voy a llevar mi bolso a mi habitación. Por cierto...¿cual es mi habitación?

-La que quieras –dijo Ringo- ocupá la mas grande, aparte esta pintada de rosa

-Ok –rió y subió las escaleras apresuradamente. Fue hasta esa habitación y vio que en efecto, era todo rosa. Muy lindo, aunque demasiado empalagador para su gusto. Igual dejó su bolso y un abrigo y bajó raáidamente.

-¿Querés? –John le ofrecía un cigarrillo

-Claro –iba a tomarlo pero John alejó el atado

-No pienses que es gratis –dijo haciendose el mafioso

-¿Y cual será el precio, señor Lennon? –dijo siguiéndole el juego

-Mmm...no saldrá caro

-Mmm...-quiso hacerse la interesante pero John no le dio tiempo, para cuando quiso darse cuanta le estaba robando el beso mas largo de su vida.

Cuando al fin la soltó, le sonrió

-Bien...ha pagado señorita, ahora tome cuantos quiera

-Gracias caballero –dijo riendo y dándole un pequeño beso

Salieron juntos al parque, donde Paul fumaba sentado en el porche de entrada.

-¿Qué hacen? –preguntó un poco soñoliento

-Nada –respondió John- ¿los chicos?

-No sé, creo que fueron a buscar caballos

-¿Caballos? –preguntó Eva sorprendida

-Si, ¿nunca viste uno? –dijo John riendose

-Ay claro, pero no sabia que acá tenían

Justo en ese momento, George se apareció con un caballo blanco

-¡Eva! ¡Mirá lo que tengo!

Corrió hacia él y acarició al animal.

-Se llama Lennon jaja

-Estúpido –dijo John acercándose

-Mentira, se llama Jerry, como el ratoncito

-¿Querés subir? –Ringo estaba a su lado

-Ehh...no creo que sea buena idea....-dudó, en realidad tenía bastante miedo

-No pasa nada, es manso.

-Ringo ¿por qué no subís vos y la llevás a ella? –propuso Paul

-No...le va a costar mas subirse. Mejor nosotros te ayudamos a subir y yo lo llevo de tiro ¿si?

-Bueno...está bien

George puso sus manos de modo que ella apoyara su pie para subirse

-No Goerge –dijo apenada- mirá si te hago mal en los dedos...

-¿Y?

-¿Como vas a tocar?

-¡Pero si no pesás nada! Dale, subí.

Eva obedeció y en un abrir y cerrar de ojos estaba sobre el caballo.

-¡Ayy es muy alto!

Los demás se le rieron y Ringo la llevó a dar una vuelta. Cuando se alejaron los suficiente, le enseñó a manejar las riendas.

-Bien, ahora los vas a sorprender volviendo sola.

Eva rió e hizo caso a todas las instrucciones, y al rato ya estaba andando sola por el parque y por el camino de entrada.

-Evy, voy a tomar algo de agua, ¿si?

-Claro, andá

-Volvé sola, no pasa nada. Pero no lo hagas galopar, eso será para la clase de mañana –le sonrió y caminó hasta la casa. Vio como se alejaba, y su picardía infantil la invadió ¿por qué no galopar si Jerry parecía un amor?

-Jerry, aunque mi amor Rich diga que no, hoy vamos a galopar. Como se hace, no sé, pero lo vamos a hacer –taloneó al caballo y éste salió disparado. Pensó que había sido mala idea desobedecer, porque ahora no sabia como frenarlo. Y, efectivamente, no frenó él, sino que frenó ella, que terminó en el suelo y el caballo siguió corriendo como loco hasta que se metió en su corral y tranquilamente se puso a tomar agua.

-Auuuuch.....mi piernaaaa...¡mierda!

Desde la casa, los chicos la vieron

-¡Ringo ¿porqué la dejaste sola! –le gritó John

-¡Le dije que no hiciera eso!

Corrieron hasta donde había quedado tirada

-¿Eva, estas bien? –Preguntó Ringo preocupado- perdoname, fue mi culpa dejarte sola

-Si, estoy bien, gracias....no es tu culpa, es mía, porque no te hice caso...perdoname vos a mi

-¿Pero estas bien? –preguntó George preocupado

-Si...pero mi pierna me duele mucho, la izquierda....-dijo mientras se tocaba la pantorrilla- creo que me golpeé con algo del suelo

-Vamos a ver...-Paul le tomó la pierna y levantó con delicadeza la pierna del pantalón. Eva sintió un estremecimiento y lo miró, él también la estaba mirando fijo a los ojos, pero ella le apartó la vista- sólo es un moretón, con hielo se irá.

-Gracias...-se puso de pie ayudada por ellos y se sentó en un sillón blanco de mimbre que estaba en el porche.

Pasaron la tarde charlando y tomando té, ellos seguían preocupados por lo oque le había pasado pero ella los tranquilizaba. La cena pasó divertida, con sobremesa de póker.

-¡Pagando, pagando! –exclamó Ringo

-No puede ser, ninguna de mis trampas sirvió! –dijo John haciendose el enojado

-Asi que hacías trampa, eh? –dijo Eva- ¡devolveme mis 30 dólares!

-Ni sueñes. Los usaré para comprarte algo.

-¡Qué vivo! Ahora no juego mas....-se puso de pie, mientras John le daba el poco dinero que tenía a Ringo y Paul también.

Salió afuera a tomar aire. Se encontró con George, que fumaba.

-Ey, estabas acá...pensé que te habías ido a dormir –dijo sentándose a su lado

-¿Irme a dormir sin despedirme de vos? Ni loco.

Ella solo sonrió, se veía mas lindo allí, sentado, fumando, con la luna iluminándolo.

-¿Querés? –le ofreció lo que estaba fumando

-Mmm...por el olor veo que no es ningún cigarrillo común....Un momento ¿vos tenías los porros? –preguntó risueña

-Shh....no digas nada jajaja

-Sos un pequeño ladrón –dijo mientras le acariciaba el rostro

-Si, claro que si, soy muy malo jaja. Y al final... ¿querés?

-No sé...no me animo...

-Esto no será como el caballo, que te dejará tirada en el suelo

-Je, pero no me digas que es muy distinto.

-Bueno, a lo sumo algún mareo.

Miró al porro, miró sus ojos y lo tomó entre sus dedos índice y pulgar. Se lo llevó a la boca y aspiró profundo.

-Uff...

-¿Y?

-No sé...es raro...

Se quedaron en silencio, compartiendo el porro y mirando la luna, las estrellas, sintiendo el aire frío que corría.

-Voy a irme a dormir –informó George- si querés, te dejo otros mas, los tengo conmigo

-No gracias señor traficante

-¿Estás bien?

-Si, ya se me pasó todo

-¿Segura?

-Si, segura.

-Bueno, hasta mañana –se acercó y le dio un profundo beso –Te amo

Ella solo le sonrió y vio como entraba a la casa. A los dos segundos, los otros tres estaban detrás de ella.

-Eva, es hora de dormir –dijo John con autoridad

-No quiero papá –rió

-Esta niña siempre igual. Bien, yo por lo menos si me voy a dormir porque estoy cansado.

-Nosotros también –dijo Ringo

-Bueno, vayan, yo me voy a quedar acá

-Pero...¿sola?

-Si ¿pasa algo?

-No, no...cualquier cosa, gritá

Eva rió con el comentario de Ringo. Saludó a cada uno con un beso y se quedó allí, sentada, continuando con su contemplación a la luna y escuchando los nocturnos sonidos campestres. También reflexionaba sobre su vida, lo que había sido, lo que era ahora....cuando le dio sueño, decidió entrar.

-¡Mierda! Está todo oscuro –dijo al abrir la puerta- ah no, hay una luz allí. Igual no veo nada. Mañana los voy a retar por esto.

Comenzó a subir la escalera, tratando de pisar bien. No se veía mucho y encima seguía mareada por el porro. Su primer porro. Llegó hasta el descanso de la escalera y se maldijo por ese porro, no sabia si estaba bien o no lo que habia hecho, y encima creía que se le habia pasado todo y justo ahora volvían los mareos, no sabia si lo que veía era verdad o no, así que trató de seguir subiendo con el máximo de los cuidados y también sin hacer mucho ruido. Al fin llegó hasta el pasillo que la conduciría hasta su habitación, caminó tanteando las paredes hasta que se chocó con algo.

-¡Ay! ¡Mi pierna otra vez! ¿qué es esto? –miró bien, una mesita con un florero, apoyada contra la pared era la culpable de pegarse justo donde se habia golpeado al caer del caballo- ¿a quién se le ocurre poner una mesa acá? Ayy...me duele...

Una puerta se abrió, y salió Paul, restregándose lo ojos.

-¡Eva! ¿Qué te pasó? –preguntó preocupado al ver que era ella quien estaba ahí

-Me golpié otra vez...con esta cosa...

-¿Estás bien? ¿No te hiciste mal?

-No, parece que no, solo fue un golpe sobre otro golpe....quedate tranquilo.

-Bueno, me alegro.

Se quedaron mirándose en la penumbra. Al mismo tiempo, como empujados por la misma fuerza, cada uno avanzó, para besar apasionadamente al otro. Paul se separó de ella unos segundos y la miró fijo. No necesitó mas que leer sus ojos para besarla otra vez, para saber qué era lo que ella quería en esos momentos. Y, mientras se besaban, la condujo hasta su habitación, cerrando la puerta.

martes, 8 de noviembre de 2011

Capitulo 28 Con ella quieren dármela mis amigos, y se amargan la vida mis enemigos...

George abrió los ojos y miró el techo. No sabía porqué estaba durmiendo en el sofá de la habitación de John. Sabía que él estaba despierto, así que comenzó a hablarle.

-¿Creés que hicimos bien? –dijo sin mirarlo, sin despegar la vista del techo

-¿Mmm?

-No te hagas, sé que estás despierto

-No hay forma de engañarte. No sé a qué te referís

-Si creés que hicimos bien en proponerle a Eva lo que le propusimos

-Ay Harrison no empieces con tus dudas. Ya está, ella aceptó, estamos todos contentos, fin. –se dio vuelta en su cama y se tapó hasta la cabeza

-John...

-Uy ¿ahora qué querés?

-¿Por qué estoy durmiendo acá?

-Qué se yo...Ringo llevó a Eva a su casa y....

-¡La llevó a su casa! –gritaron al unísono. Hechos un rayo, corrieron hasta la habitación de Ringo. Si el no esta a allí, procederían a asesinarlo. Pero lo encontraron durmiendo plácidamente

-Está acá...quiere decir que la llevó y volvió, no hizo nada –dijo John rascándose la cabeza

-A lo mejor sí, pero volvió

-Naaa....parece que hace mucho que está dormido. Bueno, vamos a desayunar, ya se me fue el sueño

Fueron hasta la cocina y se encontraron con Paul

-¿Qué hacen, lauchas?

-Queremos comida –dijo George restregándose los ojos

-¿No sabes a qué hora volvió Ringo anoche? –preguntó John

-Volvió enseguida, yo me quedé haciendo guardia

-Oigan –George dejó una tostada en la mesa- ¿vamos a estar siempre así? Digo...vigilándonos. Le dijimos a Eva que no habría celos....

-Tenés razón George –Paul afirmó- si nos vamos a poner así, terminaremos a las trompadas en cualquier momento y lo único que lograremos es que Eva se asuste y nos deje. Que cada uno haga su vida.

-Y si...habrá que aguantarse –dijo John, resignado.



-Espero que sea algo muy importante para citarme un domingo por la mañana –Jenny tomaba su Coca-Cola mientras caminaba con Eva por un parque

-Si...es muy importante

-No me digas cual es el tema porque me imagino....son tus cuatro pesadillas

-No. Son mis cuatro dulces sueños

-Bué, bué....ahora aceptás todo...¿qué pasó?

-Bueno...anoche, después de actuar...

-¿Anoche actuaste? -interrumpió

-Si, no me interrumpas...anoche después de actuar...

-Eso ya lo dijiste ¡contame qué pasó!

-¡Ay, si no me dejás hablar! Bueno, empiezo de vuelta...

-No, no empieces...ya sé que actuaste anoche, seguí

-Bueno, se me aparecieron en el bar

-¿Los cuatro?

-Si...

-¿Y?

-Salí corriendo

-¡Eva vos te pasás!

-Pero me siguieron y me hablaron y me llevaron a su casa

-¡Te violaron!

-¡Jenny por favor! Dejá de decir locuras! No pasó nada de lo que tu mente perversa imagina...me dijeron que los cuatro me aman

Jenny escupió su Coca

-¿Por qué siempre escupís cuando te cuento algo?

-¡Nena, es que me contás cada cosa que lo menos que puedo hacer es eso! ¿Y vos qué hiciste?

-Nada...bueno, les dije yo primero que los amo y todo eso

-¿Qué es todo eso?

-Todo lo que siento, lo que vos ya sabés

-Ahhh...¿y?

-Me dijeron que sea su novia

-¿La novia de cuál de los cuatro?

-De todos

Jenny lanzó una carcajada.

-¿De qué te reís?

-¿Como vas a hacer para estar con los cuatro en la cama a la vez?

-¡Jenny! ¡Pará un poco, te zarpás mucho!

-Bueno, es lo menos que puedo imaginar jajajaja...ay, que buena broma...porque es broma ¿no?

-No.

-¿No? Entonces...¿qué resolviste?

-Les dije que si

-Pará, pará. ¿Aceptaste ser la novia de los cuatro?

-Si...

-¡Eva eso es una locura! ¿qué te pasa?

-¿Quién dice que es una locura?

-No sé...todos, eso se llama promiscuidad, falta de moral, qué se yo...

-No hay que darle bola a eso

-Cuál de los cuatro te habrá dicho eso...

-John lo dijo

-Hace menos de 24 horas que sos la “novia” –marcó las comillas con los dedos- de los cuatro y ya te están metiendo ideas raras. Te van a usar Eva, es imposible que los cuatro te quieran, aprovechan a que estás confundida

-No entiendo porqué decís eso Jenny...

-Es la verdad...si aceptaste eso estás enferma

-Mirá quien habla, la que anda con un tipo casado –Eva ya estaba enojándose por la actitud de su amiga

-¡No me salgas con eso! –Jenny no se quedaba atrás- ¡es muy distinto! ¡Hay mujeres que andan con tipos casados desde el principio de los tiempos! Pero no hay minas que anden con cuatro a la vez

-En el Tibet lo hacen

-¿Y eso quién te lo dijo? ¿John también?

-No, George.

-¡Que tonta sos! Te estás dejando engañar

-¡No te metas en mi vida, Jenny, es mi decisión!

-¡Y entonces para qué me contás!

-¡Porque sos mi amiga, no mi jueza!

-¡Bueno, te digo la verdad! ¡estás enferma! ¡O sos una puta!

Eva miró a Jenny. No podía creer que le estuviera diciendo eso. Dio media vuelta y se alejó, tratando de no pensar en todo lo que Jenny le habia dicho y diciendose una y otra vez que todo lo que habia dicho fue de pura envidia.




Mientras, los chicos preparaban el almuerzo y esperaban a Eva, a la que habían invitado. El timbre sonó y John fue a atender.

-¿Brian? –preguntó extrañado

-Hola John, vine para hablarles del próximo show que tienen que hacer...-entró a la casa y siguió hablando, John solo hizo una cara de fastidio y lo siguió.

Les siguió hablando y hablando hasta que notó que ninguno de los cuatro le prestaba atención.

-Oiganme, a ustedes algo les pasa...ah, cierto que dijeron que no sé quienes estaban enamorados, pero no es para tanto, tienen que ponerme atención, después no saben qué hay qué hacer

El timbre sonó de vuelta y esta vez fue Paul el que atendió la puerta.

-¡Hola! –Eva saludó muy sonriente

-Hola preciosa, pasá...ehh, está Brian, no sé si querés verlo...

-Mmm...no sé, no tengo problema

Llegó hasta la sala donde Brian seguía retándolos. La miró un poco extrañado y también sorprendido.

-¿Y ésta chica?

-Hola soy Eva –se adelantó

-Es....una amiga –dijo Paul un poco nervioso

-Ah, un gusto Eva –saludó Brian- Bueno, me voy –saludó al resto y se dirigió a la puerta, seguido por Paul

Eva saludó a los chicos y comenzaron a charlar animadamente entre risas.

-Paul –dijo Brian, ya en la puerta, mirandolo con cierta sospecha- espero que ésta chica solo sea “una amiga” como vos dijiste...

-Si, es solo una amiga, quedate tranquilo

Brian se fue y Paul respiró tranquilo.



El domingo pasó de lo mas divertido. Después de almorzar salieron a pasear, como siempre, disfrazados, cosa que a Eva le causaba mucha risa. Pero no podía sacarse de la cabeza todo lo que Jenny le habia dicho. Le resultaba feísimo el hecho de haber peleado con ella, pero le revolvía el estómago todas las cosas que le habia dicho. Sobre todo porque eran mentiras. No la usaban, en todas sus actitudes podía notar todo lo que la querían, los abrazos, los besos, las miradas, las risas, todo la hacía sentir no solo la mujer mas feliz, sino también la mas amada del mundo.

-Evy –John la abrazó mientras estaban sentados en el césped- ¿mañana qué tenés que hacer?

-Mmm...aparte de trabajar, nada

-¿Trabajar? Ya podés ir dejando ese trabajo...

-¿Por qué?

-Porque ahora estás con nosotros

Se separó para mirarlo mejor

-¿Estás queriendo decir que viva de su dinero?

-¿Por qué no? Tenemos mucho...

-No John, yo no soy así, me gusta tener mi dinero y no quiero que ustedes me mantengan, soy así, independiente

-Por eso me gustás tanto linda –la besó

-¡Victoria! –John y Eva se dieron vuelta y vieron quién era el que la llamaba así. Era George

-Georgie...¿por qué me llamás así?

-¿Acaso no te llamas Victoria?

-Si...

-Y bueno, me gusta llamarte así...ya que los días de semana trabajás, podrías salir con nosotros todo un fin de semana ¿qué te parece?

-No sé...los sábados también trabajo...

-¿En el bar? –dijo John- eso sí podrías dejarlo

-¡A mi me gusta cantar ahi!

-Pero no es un buen ambiente –acotó George

-Jajaja, te acostumbraste a lo bueno Harrison –dijo John- cuando estábamos en Hamburgo hubiéramos dado todo por estar en un bar como en el que está Eva

-Ay pero eso ya pasó....aparte nuestro deber es cuidarte y ahi está lleno de tipos que te pueden hacer mal

-Mmm...voy a pensarlo...

-Bueno, este sábado no trabajes, ¡vayamos todos al campo! –gritó George, tan fuerte que Ringo y Paul lo escucharon y se acercaron

-¿Qué planean? –preguntó Ringo mientras apagaba un cigarrillo

-El fin de semana que viene, vamos al campo, a la casa...ahi estaremos tranquilos, sin disfraces, sin miradas de extraños....

-Me parece buena idea –dijo Paul- ¿Venís?

-Ok, está bien –respondió Eva riendo.



Al día siguiente, llegó al trabajo y Jenny estaba tomando un café mientras leía el diario. No levantó su vista para mirarla y Eva se sentó en el escritorio. Al rato, Jenny estaba parada a su lado.

-Eva...lamento mucho lo de ayer...tenés razón, no soy quién para juzgarte...-comenzaron a caerle algunas lágrimas y Eva se puso de pie, para abrazarla

-No te preocupes Jenny...pero veo que esas lágrimas son por otra cosa ¿o me equivoco?

-Ayer fue un día pésimo, porque no solo pelié con vos, si no también con Joseph...

-¿Por?

Jenny se separó de Eva y ella vio que su amiga estaba realmente mal

-Lo de siempre, me dice que se va a separar y no lo hace nunca...Eva vos sos mi amiga, si yo sufro y solo estoy con un hombre no quiero imaginarme lo que sufrirías vos con cuatro...por eso no me gusta nada esto, porque quiero cuidarte

-Amiga, no te preocupes...todo va a estar bien. No sabía que me querías tanto

-Tonta, claro que si

-¡Entonces a partir de hoy te declaro como mi hermana!

Jenny rió y se secó sus lágrimas

-Ok, aquí las dos hermanas mas inmorales, que venga la Inquisición –las dos rieron y se abrazaron de vuelta



Cuando salió del trabajo, vio un auto muy conocido en la puerta y tocaron bocina. Miró un poco mejor y vio a Paul. Se despidió de Jenny y subió al auto.

-¡Hola Paul! –lo saludó con un beso- no esperaba que vinieras, pensaba que estaban en el estudio

-Si, pero me escapé jaja ¿quién era la chica esa?

-Una amiga

-Eva, tratá de no contarle lo nuestro

-Ehh...ya lo sabe....-respondió algo nerviosa

-¿Sabes qué pasa? No queremos que se divulgue, si no nos mataran

-No te preocupes, la única es ella y sé que no dirá nada

-Ok. ¿Qué te parece si vamos al cine?

-¡Sii!

Después del cine, Paul la llevó a su casa y al abrir la puerta, vio a Dante estaba muy compenetrado con la guitarra, tanto que apenas la saludó para seguir tratando de sacarle unas notas. Fue hasta la cocina para tomar algo y Anne estaba allí, mirándola cómplicemente. No entendía el porqué de esa mirada.

-Los vi –solo dijo

-¿Eh? –preguntó extrañada

-¡Tenés algo con Paul McCartney! –dijo emocionada

-Ehh...Anne....

-¡No te preocupes, no voy a decir nada! Aunque pensé que la cosa era con George...¿o es con los dos? ¿O con lo cuatro? –Anne rió al decir esta última posibilidad

-Por Dios, ¿tanto se me nota? –pensó Eva

-Ehh... digamos que algo así, pero nada serio –trató de salvarse

-Ya ves, podría ser columnista de chismes del corazón en la revista donde trabajas

-Jajaja no hay esa sección

-Bueno, entonces la sección de música country, que es mi preferida

-¿Ah si?

-Si, tengo colecciones de discos. Pero no te preocupes, no necesito trabajo.

-Cuando quieras, sólo pedímelo, y quizás te pueda conseguir un puesto- sonrió y se fue a su habitación, iba a tener que cuidarse mas, porque sino todo el mundo acabaría por enterarse.