miércoles, 28 de diciembre de 2011

Capitulo 31 Y realmente quiero que te rías y que digas que es un juego no más

Jenny pasaba las hojas de una revista de moda con desgano, mientras fumaba un cigarrillo. Eva la miraba desde su escritorio. Era lunes, y si bien eso podía justificar la cara que tenia Jenny, le pareció que algo mas debía haber, sobre todo porque era muy alegre, era raro verla así. Se acercó y se paró frente a ella, Jenny apenas levantó la vista.
-¿Que hay?
-Nada. Quería saber, si se puede, qué te pasa
-No, no se puede –respondió indiferente mientras le daba una calada a su cigarrillo


John estaba literalmente tirado sobre la mesa, con una tostada en la mano. George lo miraba, no sabía si reírse o pegarle.
-Dale George, ponele algo a esta tostada, untala con algo –dijo mientras la sostenía en alto, aunque seguía con la cabeza clavada en la mesa
-Hacelo vos
-Estoy cansado ¿no ves? Quiero dormir....-bajó la mano y siguió recostado, mientras George hacía caso omiso y se tomaba un café servido por Ringo
-Tengo sueño...dale George, ¡no seas malo!
-A ver, corré tu cabezota -Ringo lo empujó para poder apoyar su taza en la mesa. John sólo lanzó un gruñido
-¡Buenos días! –Paul se desperezaba alegremente en la puerta de la cocina
-Buenos días maldito cerdo –respondió John
-Dejá de refregarnos tu alegría por la cara –agregó George
-Ya sé que me odian –dijo Paul mientras se servía café- pero no tengo la culpa
-No te odiamos, sólo te detestamos –dijo Ringo entre risas
-Callate vos, que no sé porqué andás tan contento también, algo ocultás –dijo George
Los interrumpió el timbre, era Brian
-¿Qué tal chicos? Acá traigo lo que tendrán para hoy –sacó una agenda, los cuatro resoplaron- Paul, esta noche cena con la señora del programa de la BBC
-¡No! ¡Esa vieja es aburridísima!
-George –continuó Brian sin hacer caso a las protestas- una entrevista en la radio y posterior banquete....mas vale que no tomes de mas
George hizo un gesto de fastidio
-John, fiesta de celebridades, estarán Mick, Bob, los Who...
-¡¡¡Bien!!!
-Pero también estará lleno de periodistas, así que no quiero problemas –a John se le borró la sonrisa al escuchar esto último
-Y Ringo, noche libre. Los veo en dos horas en el estudio –Brian se marchó y todos miraron amenazantes a Ringo
-Borrate esa sonrisa de pavo –dijo John- ya sabemos qué estás planeando para tu noche libre
-No planeo nada –respondió haciendose el inocente
-No mientas porque ya lo hiciste –continuó George- la otra vez también todos tuvimos compromisos menos vos y trajiste a Eva. Asi que no digas que no vas a hacer lo mismo.
-Bueno, está bien ¿Y? ¿Acaso no es mi novia?
-También es NUESTRA novia –dijo Paul. John y George lo miraron con ganas de matarlo
-El sábado a la noche no pensaste lo mismo
-Oigan...-dijo Ringo- si cada vez que alguno planee algo con ella estaremos así, lo mejor será que acabemos con esto
-Tiene razón –afirmó Paul- Esta bien. Vos divertite con ella, yo me aguantaré a la vieja aburrida sin chistar.


-¿No pensás decirme nada? –Eva continuaba tratando de sacarle algo a Jenny, que se negaba a hablar
-Ya te dije que no –cerró la revista y el teléfono sonó- ¿Hola? Si...ya te paso...-le dio el tubo del teléfono a Eva- para vos
-Hola ¿quién habla?
-Hola Evy, soy Rich
-Ey, ¿cómo estás lindo?
-Bien! Ehh...quería invitarte a cenar esta noche ¿podés?
-Si, si.
-Ok, a las 8 paso a buscarte
Eva colgó con una amplia sonrisa pintada en los labios y Jenny comenzó a mirarla inquisitivamente
-Era Ringo ¿no?
-¡Si, me invitó a cenar!
-Jeje, cenar...¿y qué mas?
-Ay Jenny como sos
-Escuchame....¿ya pasó algo con...alguno? Vos me entendés a lo que me refiero.
-Si. Con Paul
La cara de Jenny cambió totalmente, ahora los ojos se le habían iluminado y estaba boquiarbierta
-AAAAHHH! ¡¡¡CON PAUL!!! ¡¡¡MI PREFERIDO!!!
-¡Jenny por favor callate! –le tapó la boca
-Está bien...-dijo calmada, pero luego continuó- ¡¡¡quiero detalles!!!
-¿Detalles? ¡Sos una degenerada!
-Bueno, no me cuentes entonces, tendré que imaginarmelo jeje
-Ahora que te dije esto, espero que me digas aunque sea qué te pasó para que estés asi
Jenny largó un bufido y se mordió los labios
-Está bien....otra vez tuve una discusión con Joseph. Y creo que será la última.
-Jenny....¿por qué? –preguntó tratando de ser suave
-Es que...ay, en realidad, no sé que hacer....estoy cansada de ser “la otra” y me dice que ya comenzó con los trámites para el divorcio, que son cosas que lleva tiempo hacerlas, pero nunca pasa nada. Pero es obvio....por mas que su matrimonio sea un fiasco y que ni hijos tengan, que no se vean en todo el día, solo a la noche y a veces, su mujer tiene dinero y gracias a ese dinero él tiene esta revista. En cambio yo....yo no puedo ofrecerle nada...
-Te voy a decir lo que pienso –dijo mientras tomaba las manos de su amiga- creo que te merecés ago mejor que esto
-Eva...yo no soy una santa y lo sabés bien...
-¿Y con eso qué? Sos una buena persona, y te merecés que alguien te quiera bien...pensalo mejor, pero creo que estás en lo correcto: ésta tiene que ser la última discusión. Tenés que cortar con esto, te está haciendo mal.
-Gracias amiga....voy a pensarlo bien

Eva abrió la puerta de su casa, apurada, tenia que bañarse y cambiarse
-¡Anne! ¡Ya llegué! –gritó hacia adentro
Anne salió de su habitación
-¡Hola! ¿cómo va todo?
-¡Muy bien! ¿Y Dante?
-En la casa de la nueva vecina, tiene un niño de su edad y lo invitó a jugar
-Ahh...que bueno. Anne te aviso que esta noche no comeré acá
-Ajá. ¿Vas a salir con el beatle George? –preguntó mas que picara. Eva se sonrojó y largó una risita
-No exactamente...
-Mmm...¿con el beatle Paul?
-Tampoco jaja
-¿John?
-No...
Última opción: Ringo
-¡Si, ganaste!
Las dos rieron
-No quiero ser entrometida pero...¿salís con alguno?
-Ehh...algo así –respondió un poco nerviosa
-Por curiosidad ¿con cuál?
Tomó aire. Se lo diría, Anne le despertaba muchísima confianza
-Mirá Anne...sé que lo que te voy a decir es raro, y quizás te escandalices....si considerás que soy un mal para la moral de tu familia, podés hecharme, la casa es tuya.
-Ay Eva ¿qué decís? ¡Ni que fueras una criminal!
-No, no...es que....no estoy saliendo con uno...estoy con los cuatro
La expresión de Anne cambió. De extrañada pasó a alegre
-Mujer....¡eso quisiera cualquiera! Aunque no entiendo cómo hacés para que entre ellos no se enteren...
-Lo saben. Me dijeron que los cuatro están enamorados de mi y yo la verdad no puedo elegir a uno...así que estamos así
-No sabés cuanto te envidio nena –dijo riendo- ¡todos los beatles, enamorados de vos!
-¿No te molesta?
-¡Ay claro que no! ¿Sos feliz asi?
-¡Si!
-¿Y ellos son felices?
-Si, creo que si
-Y bueno ¿que mal hay en eso? Son felices y no le hacen ningún mal al mundo, no veo que es lo incorrecto. Cada uno hace con su vida lo que quiere
-¡Gracias Anne! –se abrazó a ella -¡gracias por entenderme! Eso si, por favor, no le cuentes a nadie
-No hace falta que lo digas. Pero...mi silencio tiene un precio jaja
-Lo que quieras
-¡Un póster firmado por los cuatro!

Dos horas después, Anne golpeaba la puerta de la habitación de Eva, informándole que habia un auto esperándola. Se miró una vez mas en el espejo, se acomodó la vincha roja que se habia puesto y planchó con sus manos la blusa banca con florcitas rojas y su falda blanca. Bajó apresurada, saludó a Anne y subió al auto
-Hola...estás hermosa –dijo Ringo con una sonrisa, para luego darle un tierno beso
-Gracias...no sabía que ponerme, no sé cómo es el restaurant
Ringo sólo arqueó las cejas y sonrió, y puso en marcha el auto. Viajaron en silencio, hasta que estacionó.
-Bien, ya llegamos –informó con una sonrisa. Eva lo miró, poniendo cara de enojada
-Veo que otra vez me engañaste. La otra vez dijiste que la cena era con todos y no habia nadie y que la comida la habias hecho vos y era comprada. Ahora que íbamos a un restaurant y resulta que es tu casa
-¿Perdón? Que yo sepa la única que dijo la palabra “restaurat” fuiste vos. Yo sólo te invité a cenar, no dije adonde
-¡Maldición! Tenés razón, por esta vez me ganaste –bajó del auto riéndose y entró junto a él a la casa
-Voy a calentar la comida. Porque la compré, pero se enfrió. Espero que no te importe comer comida recalentada
-No Rich, de hecho es aun mas rica jaja
Ringo se fue a la cocina y Eva caminó hacia el comedor, donde vio la mesa arreglada con velas. Sonrió y volvió a la sala. Comenzó mirar las estanterías, llenas de discos.
-Mmm...¿Evis o Jerry Lee Lewis? Tengo ganas de mover los pies –riendo para si misma puso un disco, con el máximo volumen. De inmediato comenzó a bailar “Great Balls of Fire”. Era imposible resistirse a ese tema
-¡Vení Rich! ¡Vamos a bailar!
Ringo apareció enseguida, no le costaba nada dejar todo para ponerse a bailar. Rieron y bailaron, hasta que el tema finalizó, pero Ringo quería mas.
-Sigamos con el disco de Elvis –sugirió Eva- ese tiene “Hound Dog”
-Pavada de tema pediste –comenzaron a bailar, haciendo coreografías locas y partiéndose de risa, pero el tema finalizó para continuar con “Hearthbreak Hotel”. Ringo la acercó a él y la abrazó, para bailar mas que pegados mientras le daba pequeños besos en el cuello.
-¿Sabes qué Evy? Me encanta estar así con vos. Te amo. –se abrazó mas a ella, ocultando su rostro en su pelo
-Yo también te amo, Rich y quisiera estar asi siempre
-Todavía me cuesta creerlo. Que cuatro tipos amen a una mujer, bueno, puede ser común, pero....¿una mujer de cuatro tipos? No sé...
-¡Rich! –dijo separándose un poco- ¿no me creés? ¿No creés que te amo?
-Si, te creo. Es mas, siento que me amás, como nadie me amó. Pero me cuesta creer que también quieras los otros tres....
-Es así, por mas raro que parezca. Pero te pido que no dudes por un momento de lo que siento por vos.
Ringo solo sonrió y le dio un beso largo y dulce. Eva se dejó llevar, aunque notaba como ese beso estaba tomando temperatura. Pero ¿que mas le daba? Lo que le había dicho era la pura verdad, lo amaba y también amaba a los otros. Pero en ese momento se olvidaría de la rara situación que vivía, solo pensaría en él, porque en ese instante estaba con el y nadie mas.
Se separó, solo para mirarlo, y él le tomó la mano y la llevó hasta la escalera, donde subieron, rumbo a su habitación.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Capitulo 30 Caprichos del corazón

Eva entreabrió los ojos pero la luz del día la obligó a cerrarlos nuevamente. A juzgar por la luz, debía ser temprano. Se abrazó mas al pecho de Paul, tratando de seguir durmiendo, pero ya no pudo. Los pensamientos comenzaron a atacarla. La noche anterior había sido lo mas extraordinario que habia vivido. Ya sabía que esa noche la iba a terminar durmiendo con cualquiera de los cuatro. Se escuchaba a si misma diciendo eso y comenzaba a sentir desprecio por ella, eso de “terminar con cualquiera de los cuatro” le parecía horrible, la hacía sentir una vez mas, una groupie. Pero no tenia la culpa de amarlos como los amaba. Aunque ahora....se sentía mucho mas unida a Paul, no sólo por lo de la noche, sino que porque durante todo el día anterior ya sentía una conexión especial con el. Y la noche....bueno, es volver casi al principio, en la noche habia vivido lo mas extraordinario que hubiera pensado. Nunca se habia imaginado sentir esos besos, esas caricias, ese contacto de pieles, ese placer y sobre todo, ese amor. Era algo loco, pero sintió que Paul la amaba, que la amaba de verdad. Quién sabe, quizás después de tanto lío, a quien verdaderamente quería era a él.

Sonrió y se dispuso a tratar de dormir otra vez.

-Preciosa....-Paul comenzó a acariciarle el pelo largo y castaño

-Paulie...-abrió los ojos y buscó los de él, con una sonrisa

-¿Cómo estás? –preguntó ya acariciando su espalda desnuda

-Muy bien, amor –le acarició el pecho

-Perdón

-¿Eh? ¿Perdón porqué Paul? –preguntó levantando la vista, extrañada

-Por haberte robado así la virginidad –respondió con sonrisa traviesa

Eva rió, pero no pudo evitar sonrojarse

-No debo ser la única víctima de tu robo

-No. Pero creeme que cometer este delito me gustó mucho mas que antes. No sé...cosas de la delincuencia...-dijo haciéndose el interesante

-No te preocupes que no irás a la cárcel, señor ladrón. Te conseguiré abogados.

-¿Ah si? ¿Quiénes por ejemplo?

-Bueno... yo misma puedo serlo...-se acercó a su boca y lo besó con pasión

-Eva...-dijo Paul cuando se separaron, mientras le acariciaba el rostro con los dedos- ...no sabés cuánto te amo.

-Lo sé, lo sé. Lo que no sé es si vos imaginás cuanto te amo yo.

-También lo sé.

Y era verdad, cada uno tenía claro qué sentía y qué sentía el otro. Lo que quizás Paul no se imaginaba era que Eva estaba amándolo mas que antes, ahora se sabía perdidamente enamorada de él. Se tentó a decírselo, pero quizás sería un error, lo ilusionaría y después podría terminar lastimándolo y eso era lo que menos quería en el mundo. Además ella conocía que su corazón tenía caprichos, caprichos que le estaban complicando la vida, pero también haciendosela mas hermosa.

-Voy a bañarme –dijo Paul dandole un beso rápido- ¿qué vas a hacer vos?

-No sé, me quedaré acá, esperandote –respondió pícara

-Mmm...me tentás –rió- Ya vuelvo –se puso una bata y se dirigió al baño

Eva se quedó allí, en la cama, con lo ojos cerrados, sintiendo el perfume de Paul, hasta que se quedó dormida.


-Ey, preciosa, es hora de almorzar –Paul sacudía suavemente a Eva, que seguía enroscada entre las sábanas.

-¿Q..que? –respondió somnolienta

-Ya está el almuerzo

-¿Como? ¿Tan tarde es?

-Si, algo. Te dormiste y me dio pena despertarte, te ves hermosa cuando dormís

Lo miró bien, tenía una sonrisa soñadora. Qué hermoso era.


El almuerzo transcurrió divertido, entre bromas y juegos, pero le pareció que los otros tres la miraban distinto, quizás porque sabían o imaginaban lo que habia pasado con Paul. Le dolió, sentía que los traicionaba. Mientras juntaba las cosas de la mesa, siguió pensando en eso, y también en que algún día iba a tener que decidir si o si por uno. O por ninguno. O quizás ellos se aburrieran y la dejaran. De pensar eso le corrió un escalofrío por el cuerpo, que cesó cuando sintió unas manos en su cintura.

-¿Rich?

-¡Muy bien, acertaste!

Se dio vuelta con una sonrisa y le plantó un beso.

-¿Vamos a caminar por ahí? –preguntó risueño

-Vamos. ¿No habrá caballo hoy?

-Pero, tu pierna....

-Tenés razón, lo dejamos para otro día.

Salieron de la casa a caminar por el amplio parque, mientras bromeaban sobre todo e imaginaban locuras.

-¡Ay, no me digas que hay un estanque! –gritó emocionada

-Si ¿por qué tanto asombro?

-¡Decime que hay patitos!

-Si, hay patitos

Corrió hasta el estanque y, efectivamente, habia patitos. Se sentó en la orilla, hipnotizada por los animales.

-¡Son preciosos, bonitos, hermosos, tiernos, adorables!

Ringo reía a mas no poder, pero ella parecía no darse cuenta.

-¡Mirá ese, que chiquito! ¿De qué te reís?

-De tu emoción por esos patos

-Bueno, me gustan...si ya sé, parezco una nena.

-No te preocupes, yo también soy como un nene. Cuando vi esos patos por primera vez tuve exactamente tu misma reacción –dijo mientras la acercaba contra si con un brazo

Eva rió, la verdad no costaba mucho imaginarselo con su misma reacción.

-Como sabía que te ibas a encantar con esos patos, traje esto –sacó de un bolsillo unas galletitas- Tomá, para que les des de comer

Eva sonrió y a él le pareció que era como una niñita asombrada y feliz. Comenzó a tirarles migas a los patos mientras él se recostaba sobre el pasto. Siguió dandoles de comer hasta que se acabaron las galletitas y se dio vuelta para verlo. Sintió algo extraño, nunca habia visto los ojos de él así, tan azules, con el cielo reflejándose en ellos. Sin embargo, vio un dejo de tristeza en ellos.

-¿Estás bien? –preguntó con cierto temor

-Claro –tomó su mano y la hizo recostarse junto a el, ella apoyó su cabeza en su pecho y el comenzó a juguetear con un mechón de su cabello.

Se quedaron en silencio, la verdad es que se sentía muy bien estar así con él.

-Paul nos contó lo que pasó anoche con vos –bastó que dijera eso para que Eva sintiera que toda la magia del momento se desintegrara. Se incorporó.

-Rich...yo....-no sabía que decirle, si darle explicaciones o pedirle disculpas.

-Shhh...no digas nada –le apoyó su dedo índice en la boca- Evy, no tenés que dar explicaciones, ya sabemos como es esto

-Me molesta un poco que Paul se los haya contado –en realidad no le molestaba, le daba vergüenza

-Dijimos que nos contaríamos todo lo que pasara, no tiene que haber secretos. Son extraños pactos que hacemos –dijo sonriendo apenas

Solo suspiró hondo, tenía la sensación de que haberse acostado con Paul le iba a traer complicaciones.

-Evy ¿qué pasa? ¿Te pusiste mal porque te dije que lo sabía? No me molesta....aunque claro, a todos nos hubiera gustado ser el primero....pero eso es algo muy machista, no me hagas caso.

Ella le acarició la cara, mientras él cerraba los ojos. Era tremendamente tierno.

-Estás un poco celoso ¿no?

-Algo. Un poquito. Es imposible no estarlo.

Sonrió y volvió a recostar su cabeza en el pecho de el. Si a la mañana se creía perdidamente enamorada de Paul, ahora también lo estaba de Ringo. Ya sabía: caprichos del corazón.

Pero dijo algo que ni bien terminó de decirlo le pareció que destruía ese momento, le pareció “frase de puta”, aunque a él le sonó a música.

-El próximo sos vos.